“COMO ES ETERNO EL PUEBLO TRABAJADOR,
LUCHAR PARA EL PUEBLO Y CON EL PUEBLO ES ETERNAMENTE JUSTO Y VICTORIOSO”
Discurso de Kim Jong Un al inaugurar la Central Hidroeléctrica Héroe Juventud Paektusa

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Este mes de diciembre es muy especial para el pueblo coreano y el Partido del Trabajo de Corea, porque conmemoran tres fechas bien importantes: el 17 se cumplen cuatro años del fallecimiento del camarada Kim Jong Il; el 24 de diciembre se cumple un nuevo aniversario de su elección como el Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea; y el 30 de diciembre, se celebra el 4º Aniversario de la elección del camarada Kim Jong Un, como el Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea. En este marco, la Representación Diplomática de la República Popular Democrática de Corea en Brasil envió a CX36 una serie de notas que destacan estas fechas y que estamos publicando en sucesivas ediciones.

En esta oportunidad publicamos el discurso pronunciado por el líder norcoreano al inaugurar la Central Hidroeléctrica Héroe Juventud Paektusan, el 4 de octubre del presente año.
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El MariscalKim Jong Un, Primer Secretario del Partido del Trabajo de Corea, Primer Presidente del Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea y Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea, pronunció un discurso en la ceremonia inaugural de la Central Hidroeléctrica Héroe Juventud Paektusan.
El discurso completo va como sigue:

“Fidedignos jóvenes vanguardias,
Compañeros:
Hoy nosotros proclamamos ante el mundo la inauguración de la Central Hidroeléctrica Héroe Juventud Paektusan en medio de las calurosas felicitaciones de todo el ejército y otros sectores del pueblo.
La majestuosa construcción de la planta que asemeja el indoblegable temple de los jóvenes de la era del Songun (prioridad de los asuntos militares –N.T.), simpatizantes de nuestro gran Partido, constituye un magno evento que hace más significativo el septuagésimo aniversario de la fundación del glorioso Partido del Trabajo de Corea, así como todo un acontecimiento que vaticina el luminoso porvenir de nuestro prestigioso Estado.
Aquí, al pie del monte Paektu, donde se ha creado el mito de la juventud heroica durante la construcción de la central, nuestros fidedignos jóvenes han sabido corresponder excelentemente a la esperanza del Comité Central del Partido al erigir para la envidia del mundo un gran monumento de la juventud, en un noble acto de patriotismo y lealtad y con la plena disposición de cumplir las tareas a toda costa.
En fiel acato al llamamiento combativo del Partido de levantar la Central antes del aniversario 70 de la fundación del Partido, como magnífico monumento de la juventud, nuestros jóvenes dejaron en este suelo del Paektu las huellas de las proezas más descollantes en la historia del movimiento de la juventud coreana.
Vanguardias de nuestro Partido, los miembros de la Brigada de Choque de Jóvenes Héroes Paektusan consagraron sin vacilación su inapreciable vigor y entusiasmo a la construcción de una presa perdurable, año tras año y en este paraje escarpado y recóndito situado a miles de ríes de Pyongyang, la capital.
Inenarrables son las hazañas laborales de los integrantes de la brigada quienes, durante varios años y expuestos al penetrante frío septentrional, rompieron capas pedregosas con martillos y barrenas y removieron las elevaciones para construir la presa y avanzar paso a paso en la obra del desagüe.
Cualquiera se quitaría el sombrero ante esa muestra del espíritu revolucionario, entrega total y patriotismo de los jóvenes constructores de la central, incluidos los de la brigada quienes en medio del frío glacial que imposibilitaba la marcha de los camiones los sustituían por trineos para asegurar el transporte, y los del pelotón suicida quienes para sostener los rieles se lanzaron al gélido agua del río Sodu y se convirtieron en “columnas de hielo”.
En particular, concluyeron la construcción de la presa para la Central No.1, tras una campaña sin tregua de 120 días en la que, con el valor y coraje que les infundiera el Partido, cumplieron tareas ingentes equivalentes a las que antes habían realizado durante un decenio. Esto deviene un fruto de la lealtad y la consagración patriótica de los jóvenes del Paektu y demás constructores quienes se han movilizado al unísono con el propósito de engalanar con brillantes éxitos laborales la historia del Partido de la edificación de una potencia de la juventud, así como un mito de la juventud heroica que solamente pueden protagonizar los jóvenes coreanos, criados y educados en el regazo del Partido.
Durante la obra de la presa para la Central No.1 nuestros jóvenes han crecido como héroes de la época y creadores gigantes y han confirmado con hechos reales la justeza de la política del Partido de aprecio de la juventud.
Esa presa de gran altura que contemplamos representa el cúmulo de actos de fervoroso patriotismo y fidelidad de nuestros jóvenes vanguardias. Y su altura equivale a la de la dignidad de nuestra patria, potencia de la juventud, que tiene muchos jóvenes héroes.
El estilo de trabajo de los militares y miembros de la brigada quienes, si bien están muy ocupados por la construcción de la central, se han ofrecido para construir pintorescas aldeas socialistas para quienes habitaban la región inundada y convertir los contornos de la central en bosques y zonas verdes, refleja al pie de la letra el noble mundo espiritual de nuestros jóvenes leales quienes materializan a todo trance todas las medidas políticas del Partido.
En todas las obras monumentales del país están impregnadas las hazañas heroicas de los jóvenes y muchas de ellas llevan el nombre de “juventud”.
En este mundo no hay jóvenes tan excelentes como los nuestros, quienes en lugar de pasear por las centelleantes calles urbanas acuden a las remotas regiones montañosas para realizar el propósito del Partido y encuentran en ello el orgullo del vivir, y quienes elaboran por sí mismos el plan de estudio de la “Universidad Juventud del Paektu” y se preparan como revolucionarios dándole la puntuación a su conciencia cada día y a cada momento.
He sentido gratitud y ganas de llorar de emoción por el loable esfuerzo de los miembros de la brigada y he tenido el irresistible deseo de ensalzar altamente a todos ellos.
Cada vez que nuestra revolución enfrenta pruebas y dificultades, me sostienen como pilar espiritual los jóvenes quienes acudieron voluntariamente al lugar de construcción de esta Central donde comenzaron una nueva vida, dieron la primera palada y consagraron su alma patriótica, convirtiéndose finalmente en graduados de la Universidad Juventud.
Actualmente, el asunto juvenil se presenta como el mayor problema en los focos candentes y las regiones de conflicto en el mundo, pero nuestros jóvenes constituyen para nuestro Partido puntales espirituales e inconmovibles puntos de apoyo.
Siempre que pienso en nuestros jóvenes quienes realizaron hazañas heroicas en la construcción de esta central efectuada en pésimas condiciones a diferencia de otras obras, reafirmo la férrea voluntad de hacer la revolución hasta el fin para la juventud y el futuro de la patria.
De cierto, nuestro Partido tiene la gran suerte de contar con una excelente juventud.
El CC del Partido aprecia altamente a nuestros fidedignos jóvenes quienes con su tesonero y abnegado esfuerzo han comprobado que lo que se propone nuestro Partido se hace realidad y se pone en práctica y han mostrado ante el mundo el temple de la vanguardia juvenil de la época del Songun.
Aprovecho esta ocasión significativa para extender, en nombre del Partido del Trabajo de Corea y en lugar de nuestro General quien apreciaba a los jóvenes como perla, mi sincero agradecimiento y saludos militantes a los miembros de la Brigada de Choque de Jóvenes Héroes Paektusan, los militares del Ejército Popular y demás constructores quienes realizaron grandes hazañas laborales en la construcción de la central.

Compañeros:
Aquí en la ceremonia inaugural de la central se me hace más intensa la añoranza al General Kim Jong Il quien en el Palacio del Sol Kumsusan nos estará felicitando por nuestras acciones laudables.
La central es una digna creación que manifiesta patentemente el poderío de la política de nuestro Partido de aprecio a la juventud, síntesis del fervoroso amor del gran General a la juventud y el porvenir.
A partir de su invariable credo de que no había nada irrealizable en este mundo si se lograba movilizar a la juventud, fidedigna continuadora de la revolución y fuerza más vigorosa de la sociedad, el General depositaba plena confianza en nuestros jóvenes y les encargó exclusivamente a ellos la obra.
En más de una ocasión dijo que asignó esa tarea a la Juventud y no al Ejército Popular ni al Consejo de Ministros, con el conocimiento de que la Juventud es una organización potente que materializa incondicionalmente el proyecto de nuestro Partido y, más importante aún, con la intención de educar y forjar a los jóvenes.
En reflejo de la disposición de los jóvenes que con la mirada puesta en el Paektu, monte sagrado de la revolución, siguen fieles la causa del Partido, dispuso poner a la brigada un significativo nombre, resolvió todos los problemas referentes a la construcción de la central e incluso sugirió enviar en un avión especial abrigos enguatados, portadores de su amor, a los miembros de la brigada.
En los últimos momentos de su vida hizo una visita al extranjero aunque se sentía mal y a su regreso dejó para más tarde todos los quehaceres importantes del Partido y Estado, para acudir primero a la obra de la Central en un lugar abrupto, donde evaluó altamente los éxitos de los jóvenes y los convocó a realizar nuevos méritos heroicos. Su conmovedora abnegación patriótica se percibe en todos los rincones de la central.
La inauguración de ésta como gran monumento de la juventud en homenaje al 70 aniversario de la fundación del Partido pone de manifiesto la acertada dirección de nuestros grandes líderes y Partido, formadores de los jóvenes como fidedignos continuadores de la revolución.
De la construcción de la Central lo que más le alegra al Partido es, más que la conclusión de la obra de la presa o la posibilidad de solventar la escasez de la electricidad en la zona del monte Paektu, el hecho de que en ese proceso nuestros jóvenes se hayan armado con una sola idea y unido más compactamente, tal y como deseaba el General. Esto es lo más importante y nuestro mayor éxito.
En el arduo enfrentamiento con la naturaleza que ha durado más de 10 años han surgido muchos jóvenes héroes y núcleos de nuestra época que, dispuestos a correr la misma suerte que el Comité Central del Partido y con la inconmovible fe en la revolución, defienden a ultranza al partido.
Los jóvenes vanguardias que se han forjado física y espiritualmente tomando el agua diáfano y respirando el aire puro del Paektu, y se han dotado del coraje y convicción expuestos al viento cortante del Paektu, son los más fidedignos sucesores de nuestro Partido y firmes puntales que sostienen a nuestra patria socialista.
La constitución de un gran destacamento de titanes fieles a la causa del Juche merced a la confianza y el amor del Partido, quienes organizados y disciplinados arden de pasión por la revolución y la lucha, constituye una gran victoria incomparable con la obtención de millones de kilovatios hora de electricidad.
Por tener este gran destacamento, nuestro Partido se hace fuerte y nuestro país se enorgullece de su condición de potencia de la juventud, única de su tipo en el mundo.
En el proceso de la construcción de la central se han creado el espíritu arremetedor y la cultura juveniles de la era del Songun, inapreciables tesoros del movimiento juvenil del país.
Creado en esta gran batalla de geotransformación a poca distancia del Paektu, monte sagrado donde se inició la revolución coreana, el espíritu arremetedor consiste en correr recto en plena respuesta al llamamiento del Partido dejando en el segundo plano sus quehaceres personales, en remover montes y cortar ríos de un golpe, con una fuerza explosiva, y en superar la prueba en las peores condiciones, valiéndose del compañerismo y colectivismo y haciéndose más fuerte con sus propios recursos.
La cultura juvenil del Songun es una cultura sana que desarrolla nuestras cosas nobles y no las ajenas de apariencia atractiva, una cultura combativa que permite avanzar llenos de vigor entonando canciones revolucionarias aun en medio de dificultades y un modelo de la cultura socialista de la época del Songun que coadyuva a vivir con cuidado y esmero y de manera culta bajo cualquier circunstancia.
Si tal espíritu y cultura, tan diáfanos como el agua cristalina del lago Chon y tan robustos como el alerce del monte Paektu, rigen todos los jóvenes del país, el poderío de la potencia de la juventud Paektusan se multiplicaría cien veces.
De ahí que nuestro Partido se ha propuesto levantar aquí un monumento y un museo dedicados a las proezas de los miembros de la brigada de choque, en un intento de transmitirlas a la posteridad y educar a los visitantes a los antiguos campos de batalla en la región del monte Paektu en el espíritu y la cultura de aquellos jóvenes.
La inauguración de la central ha puesto de manifiesto la grandeza de nuestro Partido que ha resuelto con éxito el problema de la educación de los jóvenes, uno de los mayores problemas en el proceso de la revolución y la construcción, y ha levantado una potencia de la juventud.
Las clamorosas vivas que dan a nuestra política de conceder importancia a la juventud y que retumban bajo el cielo del significativo mes de octubre frustrarán cual trueno aterrador la intentona del enemigo de desmoronar nuestro régimen socialista mediante la corrupción y degradación de la juventud, así como acelerarán cual disparo de una pistola de salida la marcha general de todo el pueblo hacia la victoria final.

Compañeros:
Considerar a los jóvenes como protagonistas de la época y situarlos a la vanguardia de la marcha general para que sean los primeros en abrir la puerta de un Estado poderoso y próspero es la firme decisión y voluntad de nuestro Partido.
El Comité Central del Partido confía plenamente en los jóvenes como compañeros de armas en la lucha por un futuro hermoso de nuestro país, nuestra patria.
Confiando en la fuerza inagotable de millones de jóvenes, nuestro Partido elabora el grandioso plan de superar a otras naciones y los coloca en un puesto nada desdeñable al centro de todas las operaciones de su Comité Central.
La dirección del Partido le da la vida al movimiento de la juventud coreana y con ella esta se vuelve más poderosa.
Todos los jóvenes, con la fidelidad tan inmaculada como el diamante y la conciencia limpia, avanzarán recto y con vigor, siguiendo para siempre al Partido.
¡A toda vela en dirección a la que sopla el viento cortante del Paektu siguiendo la ruta indicada por la revolución coreana!, esta es la consigna de confianza y de lucha lanzada por el Partido, que debe regir la vida social y laboral de todos los jóvenes.
Si estos se animan, lo imitará todo el país y cuanto más rápido sea su avance tanto más poderosa y próspera será la patria.
Nuestra gran patria que, pletórica de la juventud, da saltos vertiginosos, convoca a los jóvenes a realizar nuevas hazañas en la construcción de un Estado poderoso y próspero.
Estos, al incorporarse decididamente a la sagrada tarea para hacer realidad el proyecto y la decisión del Partido, levantarán por doquier las creaciones que llevarán el nombre de la juventud y pasarán sin ningún arrepentimiento sus preciosos años que jamás volverán.
Cualquiera que sea joven debe poseer gran ambición y espíritu emprendedor: presentar trabajos investigativos que sorprendan al mundo por tratar la tecnología de punta y realizar cualquier tarea con la velocidad supersónica.
Todos los jóvenes desarrollarán con audacia los movimientos de brigada de choque, de vanguardia, de equipo de trabajo y de cuadrilla juveniles en todos los escenarios de la lucha revolucionaria de modo que todos esos lugares se animen con su presencia.
Toda la sociedad debe impulsar dinámicamente la labor encaminada a aprender del espíritu arremetedor y de la cultura juvenil de la época del Songun, creados en la zona del Paektu.
Seguir el ejemplo de los miembros de la brigada de Jóvenes Héroes Paektusan constituye una ofensiva ideológica dirigida a registrar un cambio en la educación a los jóvenes de acuerdo a la realidad en desarrollo y renovar el ambiente de la sociedad, así como una gran batalla ideológica para frustrar resueltamente las maquinaciones de penetración cultural e ideológica de los imperialistas y proteger nuestra ideología, espíritu y cultura.
Es necesario que tanto la nueva generación como los trabajadores de todo el país conozcan bien cómo los miembros de la brigada crearon la leyenda de la juventud heroica y cuán precioso era el sudor que derramaron en los momentos más críticos en aras de la patria, para así vivir y luchar al igual que los jóvenes del Paektu.
Es necesario divulgar ampliamente mediante la red de propaganda del Partido y la prensa el mundo ideológico-espiritual, el estilo de lucha, la esmerada manera de trabajar y el optimismo revolucionario de los miembros de la brigada, para que todo el país se anime a aprender de ellos.
Bien concientes de que el fortalecimiento del movimiento juvenil adquiere suma importancia para la consolidación del Partido y el Estado, las organizaciones del partido y de la Unión de la Juventud a distintos niveles deben formar a los jóvenes como reservas, patrullas y flancos del Partido y así perpetuar el mérito de nuestro Partido de haber levantado una potencia de la juventud.
Es invariable la decisión de nuestro Partido de hacer resonar los vítores a la victoria en la construcción de un Estado poderoso y próspero primero en la región del Paektu, pilar espiritual de nuestro pueblo, donde echó raíces la revolución del Juche.
Los miembros de la brigada y todos los demás constructores se predispondrán a continuar el ataque, el avance y la innovación a base de los éxitos ya alcanzados.
El Comité Central del Partido, partiendo de su plena confianza en los jóvenes héroes, les ordena terminar sin falta la construcción de la Central Hidroeléctrica No. 3 Juventud Héroe Paektusan antes del Día de la Juventud del año siguiente.
Los jóvenes deben ser, además, los primeros en acelerar el tendido de vías férreas anchas en el tramo Hyesan-Samjiyon, acondicionar mejor el distrito de Samjiyon, cuna de la revolución coreana, y crear el ejemplo del país en el cultivo de papas y demás labores económicas de la provincia de Ryanggang y el mejoramiento de la vida de su población.
En la sagrada marcha hacia la prosperidad de nuestro país, nuestra patria, valiosa herencia que nos dejaron los grandes líderes, el Comité Central del Partido confiará en la juventud y viceversa, y avanzaremos vigorosamente hacia un futuro espléndido.
El Partido, la patria y el pueblo rememorarán para siempre a los jóvenes que derramaron el sudor de patriotismo y lealtad en la región del Paektu.
¡Gloria a los protagonistas de la prestigiosa potencia de la juventud Paektusan, jóvenes vanguardias infinitamente fieles al Partido!”