"ES INFALIBLE LA VICTORIA DE LA CAUSA DEL PARTIDO DE LOS GRANDES COMPAÑEROS KIM IL SUNG Y KIM JONG IL"
Nota del El Mariscal Kim Jong Un publicada el 4 de octubre de 2015

 

Kim_Il_Sung.jpgEste mes de diciembre es muy especial para el pueblo coreano y el Partido del Trabajo de Corea, porque conmemoran tres fechas bien importantes: el 17 se cumplen cuatro años del fallecimiento del camarada Kim Jong Il; el 24 de diciembre se cumple un nuevo aniversario de su elección como el Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea; y el 30 de diciembre, se celebra el 4º Aniversario de la elección del camarada Kim Jong Un, como el Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea. En este marco, la Representación Diplomática de la República Popular Democrática de Corea en Brasil envió a CX36 una serie de notas que destacan estas fechas y que estamos publicando en sucesivas ediciones.

 

El Mariscal Kim Jong Un, Primer Secretario del Partido del Trabajo de Corea, Primer Presidente del Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea y Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea, publicó el 4 de octubre el artículo "Es infalible la victoria de la causa del Partido de los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il".
Transcribimos el mismo a continuación:
“Nuestros miembros del Partido y otros habitantes acogen significativamente el septuagésimo aniversario de la fundación del Partido del Trabajo de Corea, como mayor fiesta revolucionaria.
Fundado por el gran compañero Kim Il Sung, el PTC es el glorioso partido de Kim Il Sung y Kim Jong Il que bajo la destacada y probada dirección de ambos se ha fortalecido como indestructible organización revolucionaria y ha conducido la revolución y su construcción por el único camino hacia la brillante victoria.
Su empresa es una sagrada causa histórica, la causa revolucionaria del Juche, encaminada a lograr plenamente la independencia de las masas populares.
Las siete décadas del PTC son una historia de victorias enorgullecedoras que han demostrado la justeza y la indestructibilidad de la causa del partido de los compañerosKim Il Sung y Kim Jong Il.
En el curso de una lucha histórica que viene librando desde su constitución para lograr la causa revolucionaria del Juche, el PTC se ha fortalecido como partido revolucionario jucheano, partido de los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il, y ha desempeñado impecablemente su papel como organizador de nuestro pueblo y su orientador a victorias consecutivas.
El triunfo o el revés del proceso revolucionario y constructivo depende de cómo se construye el partido, estado mayor de la revolución, y cómo se eleva su papel rector.
Gracias a la idea y la atinada dirección de Kim Il Sungy Kim Jong Il sobre la construcción de un partido jucheano, el PTC se ha desarrollado como partido del líder, partido revolucionario del Juche, que asegura la unicidad y la continuidad de sus ideas y dirección.
Un partido revolucionario es por esencia un partido del líder que materializa sus ideas y su causa, y lo fundamental en su construcción consiste en asegurar la unicidad de la ideología y dirección del líder y lograr su continuidad.
Para asegurar la unicidad de la ideología y dirección resulta importante identificar a todo el partido con la idea revolucionaria del líder, viabilizar su unidad y cohesión en torno a éste y lograr que todos sus miembros actúen al unísono bajo su dirección unitaria.
Al tener como única directriz la idea revolucionaria deKim Il Sung y Kim Jong Il y atenerse solamente a las exigencias del kimilsungismo-kimjongilismo en su construcción y actividades, nuestro Partido se ha convertido en un poderoso ente ideológicamente puro y orgánicamente integral con el líder en su centro.
Lograr la unidad y cohesión con el líder en el centro ha sido uno de los asuntos muy importantes para nuestro Partido desde el primer día de su fundación, debido a la complejidad y la arduidad de la revolución coreana. Al superar el sectarismo y todas las tendencias oportunistas que a lo largo de la historia le han causado grandes estragos, nuestro Partido ha logrado su uniformidad y ha intensificado la lucha para aunar las filas revolucionarias con el líder en su centro.
Ha establecido el sistema de tratar los problemas que él enfrenta en su construcción y actividades solamente en atención a la conclusión del líder, así como ha implantado un ambiente revolucionario que les permita a sus organizaciones y miembros materializar rigurosa y cabalmente la línea y la política presentadas por el líder.
El hecho de que Kim Jong Il haya presentado el lineamiento de identificar a todo el Partido con el kimilsungismo e intensificado la labor dirigida a establecer el sistema de la única ideología, propició una buena oportunidad para el aseguramiento de la única ideología y dirección del líder. Haber consolidado el PTC literalmente como partido del líder, el de Kim Il Sung, fue una gran hazaña de Kim Jong Il.
Nuestro Partido ha resuelto correctamente el problema de la continuidad de la ideología y la dirección del líder, logrando así que se mantenga generación tras generación la unicidad de dicha ideología y dirección.
La continuidad de la ideología y dirección del líder es un asunto importante que se relaciona con el destino del partido y la revolución, así como uno de los problemas fundamentales para la construcción de un partido revolucionario.
La historia nos ha dejado la seria lección de que un partido, aunque haya desarrollado exitosamente la revolución bajo la acertada dirección de su líder, se corrompe si no prosigue atinadamente la ideología y dirección de este, acarreando finalmente el fracaso de la revolución.
Con su extraordinaria clarividencia, Kim Il Sung yKim Jong Il asentaron la base orgánica e ideológica y establecieron el adecuado sistema de dirección para el dirigente que continuaría la causa revolucionaria, de modo que la idea y la dirección del líder continuaran brillantemente de generación a generación.
Haber contado con eminentes líderes generación tras generación y asegurado el carácter único y continuo de su ideología y dirección han sido el factor fundamental de la combatividad y la indestructibilidad del PTC.
El duradero afianzamiento de la unicidad de la ideología y la dirección del líder le ha permitido a nuestro Partido mantener invariablemente sus cualidades intrínsecas de carácter revolucionario como organización de Kim Il Sungy Kim Jong Il, a pesar de que partidos en poder de varios países socialistas sufrían la degeneración ideológica y la frustración, así como organizar y dirigir hábilmente el proceso revolucionario y constructivo, llevando a cabo reformas sociales de gran trascendencia.
El PTC se ha construido como una invencible organización revolucionaria que está al servicio del pueblo y compactamente unido con él.
En el empeño por lograr la causa de la independencia de las masas populares, el líder, el partido y las masas componen una comunidad por la identidad de su destino. Al margen de la dirección del partido y el líder, las masas populares no pueden allanar su destino de manera independiente. De igual modo, alejado del pueblo, el partido no puede ser una poderosa organización política ni cumplir satisfactoriamente el papel como su orientador político.
El gran compañero Kim Il Sung construyó el PTC como una agrupación de masas integrada por obreros, campesinos e intelectuales y enfiló todas sus actividades a defender y materializar los intereses y las demandas del pueblo, de manera que nuestro Partido echara profundas raíces en él y lograra la unidad monolítica con él.
Kim Jong Il convirtió a nuestro Partido en una madre afectuosa que atiende al pueblo asumiendo total responsabilidad de su destino. Asimismo aplicó en todos los dominios la política de virtudes y la abarcadora que consisten en el amor y la fe en el pueblo, con lo cual estrechó más los lazos que le unen con el Partido.
Con el afecto maternal nuestro Partido se ha encargado del destino de los habitantes y los ha atendido solícitamente, ha hecho ingentes esfuerzos para asegurar una vida acomodada y dichosa a nuestro pueblo que le ha seguido con lealtad, y ha conducido a los cuadros a erradicar el abuso del poder y el burocratismo y ser fieles servidores del pueblo.
En tanto que el Partido acata fielmente su deber como madre al servicio del pueblo, éste lo considera como acogedor regazo de la madre, confía enteramente en él su destino y su futuro y lo sigue con lealtad para corresponder a su confianza y amor.
En la confianza y el amor del Partido al pueblo y en el apoyo y fe absolutos del segundo en el primero se basa la unidad monolítica de ambos y he aquí precisamente la fuente de la solidez y el poderío de nuestras filas revolucionarias y la garantía principal de todas las victorias. En virtud del poderío de esa unidad, nuestro Partido, firmemente convencido en el triunfo, ha podido avanzar superando con valor los obstáculos interpuestos en el camino de la revolución y cumplir brillantemente su sagrada misión.
El PTC se ha robustecido como agrupación revolucionaria con probada capacidad de conducir a su manera la revolución y su construcción por el único camino de la victoria.
El modo de mando de un partido es el factor principal que determina su capacidad de dirección y combatividad.
Solucionar todos los problemas que encara el proceso revolucionario y constructivo recurriendo a las masas populares, sujeto de la revolución, es el modo tradicional de mando del PTC, creado y aplicado por Kim Il Sung yKim Jong Il.
La fuerza de las masas populares equivale a la de su ideología y al poderío del colectivismo. Nuestro Partido ha mantenido invariablemente el principio de sintetizar las exigencias y la voluntad del pueblo para la elaboración de las líneas y la política y llevarlas a la práctica movilizando la idea de las masas. Al aplicar la original teoría de que la conciencia ideológica es esencial y lo decide todo en la revolución y su construcción, ha colocado por encima de todo la labor ideológica dirigida a poner de pleno manifiesto el espíritu y la creatividad de las masas populares. Además, ha organizado y desarrollado ampliamente distintas formas del movimiento masivo en cada fase del proceso revolucionario, de suerte que se demuestren plenamente el poderío del colectivismo y el heroísmo masivo.
En su empeño por registrar incesantes ascensos en la revolución y su construcción apoyándose en el pueblo y valiéndose de su espíritu, nuestro Partido se ha consolidado como una experimentada asociación revolucionaria dotada de extraordinaria capacidad de organización y habilidad de mando.
Su dirección de la revolución mediante el Songun (prioridad de los asuntos militares –N.T.) deviene un peculiar modo de orientación a nuestro estilo que antepone los asuntos militares y presenta al Ejército Popular como núcleo y destacamento principal.
Partiendo del principio revolucionario del Songun consistente en que el ejército representa al partido, Estado y pueblo, nuestro Partido ha robustecido al Ejército Popular como poderosas tropas de firme ideología y fe e ilimitadamente fieles a él y al líder y como fuerzas armadas revolucionarias capaces de vencer uno a cien enemigos. En el esfuerzo por identificar a todo el ejército con el kimilsungismo-kimjongilismo, se ha asegurado la dirección del Partido sobre el Ejército Popular, éste se ha preparado firmemente como potentes tropas revolucionarias imbuidas del espíritu del monte Paektu que materializan a riesgo de la vida y antes que nadie el lineamiento y la política del Partido y de esta forma se ha asentado una sólida base política y militar del Partido.
La dirección del Songun del Partido ha hecho élite a las filas revolucionarias al presentar como paradigma al Ejército Popular, ha fomentado la gran unidad de este con el pueblo y ha coadyuvado a que todo el Partido y el pueblo impulsen enérgicamente el proceso revolucionario y constructivo con el espíritu y estilo de lucha del Ejército Popular.
En el empeño por llevar adelante la causa del Juche con esa dirección original, se han elevado notablemente la capacidad de mando y de combate de nuestro Partido.
La experiencia adquirida por el PTC en el allanamiento de un nuevo camino para la construcción de un partido revolucionario y en su fortalecimiento como una agrupación indestructible constituye el ejemplo elocuente en la causa de la edificación del partido revolucionario en la era de la independencia.
Durante los últimos siete decenios, el PTC se ha sobrepuesto a las vicisitudes de un período duro y complicado, conduciendo así por el sendero de la victoria la causa del Juche, la del socialismo.
Su orientación de la causa del Juche, la del socialismo, ha implicado una enconada lucha política y de clases contra el imperialismo, la hegemonía, el revisionismo, el servilismo a las potencias y el dogmatismo, así como una lucha ardua para abrir un camino inexplorado hacia una nueva sociedad.
Mientras orientaba la revolución y su construcción de varias etapas, nuestro Partido no se ha encasillado a ninguna teoría ni fórmula ya establecidas sino que ha avanzado vigorosamente por un nuevo camino indicado por la idea Juche, camino de la independencia, el Songun y el socialismo.
La independencia, el Songun y el socialismo son puntos de apoyo y pista principal de la revolución coreana que concuerdan con la aspiración de nuestro pueblo y la realidad de nuestro país. Sintetizan los valiosos méritos y tradiciones y ricas experiencias adquiridos por nuestros grandes líderes durante casi una centuria e indican el principio fundamental de nuestra revolución y el camino recto a seguir por ella.
El PTC, al dirigir la revolución y su construcción tomando la línea y el principio de la independencia, el Songun y el socialismo como su eterna estrategia, ha realizado sempiternos méritos ante la patria y el pueblo.
En su historia de la orientación sobre la causa revolucionaria del Juche, ha formado a nuestro pueblo como pueblo digno e independiente y como poderoso artífice de la revolución.
Su mayor mérito radica en haber preparado a las masas populares como sujeto independiente para el logro de la mencionada causa.
Es verdad que las masas populares son dueñas de su destino y encargadas de la causa de la independencia, pero solo al ser orientadas correctamente por un partido revolucionario, pueden ser auténticas dueñas de la revolución.
Nuestro Partido ha planteado como tarea más importante concientizarlas, organizarlas y aglutinarlas compactamente en torno a él y al líder y siempre le ha prestado primordial atención.
Al pertrecharlas con la idea Juche y agruparlas a su alrededor ideológica, volitiva y orgánicamente, las ha convertido en un organismo socio-político y ha puesto de manifiesto su elevado entusiasmo revolucionario e inagotable fuerza creadora, logrando que como sujetos de la revolución cumplan con su responsabilidad y papel.
En nuestro país todos los oficiales y soldados del Ejército Popular y demás sectores del pueblo hacen de la Juche, idea rectora de nuestro Partido, su firme credo, están estrechamente unidos con una misma voluntad y propósito en torno a esta organización política y se abniegan para ejecutar su lineamiento y política. Lo que nuestro Partido idea y propone para el fortalecimiento y la prosperidad del país y la felicidad del pueblo se plasma como firme voluntad de nuestro ejército y pueblo y se pone en práctica por éstos.
En particular, la nueva generación crece como fidedigna reserva del Partido y continuadora de la revolución y cumple magníficamente el papel de brigada de choque en la causa revolucionaria del Juche y nuestro país se enorgullece de su condición de potencia de la juventud, única de su tipo en el mundo. Nuestro Partido se enorgullece de su historia de haber preparado a los jóvenes como héroes de la época, vanguardia y flanco del Partido.
Nuestro Partido siente gran orgullo por contar con este excelente ejército, pueblo y juventud que en cualquier adversidad confían y siguen exclusivamente a él y al líder y son fieles sin límite a su causa. He aquí el secreto de las sucesivas victorias que adornan las siete décadas del PTC.
El haber construido un autóctono socialismo que hace realidad la exigencia por la independencia y el ideal de las masas populares constituye un mérito histórico del PTC.
El socialismo es el ideal de las masas trabajadoras y construirlo es la tarea más importante de los partidos revolucionarios.
El PTC ha allanado de forma original el camino hacia un genuino socialismo que concuerda con el ideal de las masas populares y durante su construcción ha mantenido de manera consecuente su autóctono lineamiento y principio revolucionarios.
Todos los problemas de la construcción del socialismo los ha resuelto por su propia cuenta y en correspondencia a la aspiración del pueblo a la independencia y la realidad del país. Rechazando las injerencias y la presión de las fuerzas extranjeras, ha avanzado sin vacilación y recto por el camino del socialismo del Juche y también en las duras pruebas como la Marcha Penosa, ha frustrado resueltamente las aviesas y persistentes maquinaciones de las fuerzas hostiles encaminadas a estrangular nuestro socialismo y ha seguido impulsando dinámicamente la construcción socialista.
Construido en virtud de la original línea y sabia dirección del PTC, nuestro socialismo es un régimen centrado en las masas populares en el que estas son auténticas dueñas del Estado y la sociedad y su aspiración a la independencia se verifica a más no poder.
En nuestro país las masas populares ejercen sus derechos como protagonistas de todas las actividades del Estado y la sociedad y se practica una política de respeto y amor a ellas que absolutiza y coloca por encima de todo sus exigencias e intereses. El nuestro es un verdadero socialismo a favor del pueblo y centrado en las masas populares, razón por la cual nuestro pueblo lo considera como su propia vida y se entrega en cuerpo y alma para construirlo mejor y edificar cuanto antes un Estado socialista poderoso y próspero.
Merced a la atinada dirección del Partido y la abnegación de las masas populares fieles a este, en un breve espacio de tiempo nuestro país se ha convertido en una prestigiosa e invencible potencia ideo-política y militar y, haciendo alarde de su condición de potencia socialista, progresa vigorosamente para ser una potencia de la economía del conocimiento y un Estado socialista civilizado en la nueva centuria.
El PTC, orientador del ejército y el pueblo, ha establecido la tradición de la victoria en el enfrentamiento con el imperialismo que continúa siglo tras siglo y ha defendido honrosamente la dignidad y soberanía nacionales y las conquistas de la revolución.
Mientras exista el imperialismo, la causa de las masas populares por la independencia, la causa del socialismo, lleva aparejado el agudo enfrentamiento con el enemigo. Para nuestro país que por varios siglos y generaciones ha sido avanzada de la lucha antiimperialista y antiyanqui, es de particular importancia defender de las agresiones imperialistas la dignidad y la soberanía de la nación y las conquistas de la revolución.
Nuestro Partido ha mantenido invariablemente la línea y el principio de conceder importancia a los asuntos militares, ha considerado como primera tarea del Estado la construcción de las fuerzas armadas revolucionarias y el fortalecimiento de la capacidad de defensa nacional y siempre ha salido victorioso en el enfrentamiento sin tregua con el imperialismo estadounidense, apoyándose en las potentes fuerzas de defensa encabezadas por el Ejército Popular.
En la Guerra de Liberación de la Patria nuestro incipiente ejército y nuestro pueblo, guiados por el gran Líder Kim Il Sung, derrotaron a un enemigo incomparablemente superior en términos militares, el imperialismo yanqui que se jactaba de su “supremacía” mundial, lo cual es un hecho sin precedentes en la historia. Esa brillante victoria se debe a la original idea militar y destacada estrategia del Comandante de acero y al espíritu con que nuestro heroico Ejército Popular y pueblo combatieron ofrendando su vida sin vacilación para defender a la patria.
En su enfrentamiento con la alianza imperialista durante varios decenios que le han seguido al cese del fuego, nuestro Partido ha frustrado a cada paso sus intentos de agresión y siempre ha logrado triunfos con el poderío del Songun y de la potencia militar.
Hace poco, ante la inminencia de una nueva guerra dio muestras de su arte de mando al disipar a su debido tiempo el gran peligro que amenazaba a la patria, con lo cual salvó a la nación de una hecatombe eventual y defendió la paz y la seguridad del mundo. Haber defendido la dignidad y la soberanía de la nación y preservado las conquistas de la revolución en el duro enfrentamiento con el enemigo es una victoria resonante, fruto de nuestra superioridad espiritual y moral y del poderío de la gran unidad del Ejército y el pueblo agrupados compactamente y con una sola voluntad en torno al Partido.
Los imperecederos méritos y valiosas experiencias que nuestro Partido ha acumulado en la lucha por la causa revolucionaria del Juche enarbolando la bandera de la independencia, el Songun y el socialismo, adquieren una importancia trascendental para la marcha triunfante de nuestra revolución y para la causa de las masas populares por la independencia.
Al levantar un invencible y poderoso país socialista con la bandera del Juche en alto, nuestro Partido ha llevado a la cumbre la dignidad y posición de nuestra República en la palestra internacional y preparado una sólida base para el fortalecimiento y prosperidad de la patria y el triunfo definitivo de la causa revolucionaria del Juche.
Ya pertenece al pasado la fatalidad de la Península Coreana que por su posición geopolítica tuvo que sufrir martirios victima de las pugnas entre las potencias. Hoy nuestra República socialista es dueña de su destino y ejerce sus legítimos derechos e influencia sobre la evolución de la situación en la región y el mundo.
Nuestro Partido y pueblo están en condiciones de acelerar a nuestra manera la construcción de un Estado socialista poderoso y próspero, edificar un paraíso del pueblo y asegurar el eterno esplendor del país y la nación apoyándose en la unidad monolítica, en la gran capacidad de defensa nacional con la fuerza disuasiva nuclear como su columna vertebral y en nuestros recursos materiales y técnicos, a pesar de las frenéticas maniobras del imperialismo yanqui y sus seguidores.
El PTC ha comprobado en la práctica la justeza de la causa de las masas populares por la independencia, la causa del socialismo, y el carácter infalible de su victoria.
Al conducir con todo éxito la defensa del socialismo y la construcción de un Estado poderoso y próspero en medio de las pésimas condiciones y circunstancias, ha evidenciado que la causa de las masas populares por la independencia es justa y el socialismo es ciencia.
En la lucha que ha librado a lo largo de su historia, el PTC ha demostrado que el socialismo y la justicia sí existen en esta Tierra y son más fuertes que el despotismo y la arbitrariedad del imperialismo, así como ha confirmado la verdad histórica de que no se puede detener jamás la tendencia de la época a la independencia antiimperialista y al socialismo.
Al cabo de los siete decenios gloriosos de su historia, nuestro Partido ha llegado a la conclusión de que es invencible la sagrada causa revolucionaria del Partido de los grandes compañeros Kim Il Sung y Kim Jong Il y que nuestra revolución, orientada por el PTC, logrará sin duda su victoria final.
Llevar a feliz término la causa revolucionaria del Juche enarbolando la bandera del gran kimilsungismo-kimjongilismo es la misión histórica y la inconmovible voluntad del PTC.
Kimilsungismo-kimjongilismo es la única idea directriz del PTC y la bandera de la eterna victoria.
Debemos seguir invariablemente por el camino del Juche que nos indica el gran kimilsungismo-kimjongilismo.
Es necesario fortalecer el PTC como eterno partido deKim Il Sung y Kim Jong Il.
Debemos enaltecerlos como líderes eternos de nuestro Partido y construir esta organización y efectuar sus actividades según el pensamiento y el propósito de ellos.
Es preciso defender resueltamente las ideas de los grandes líderes sobre la construcción del partido y las hazañas que realizaron a tal efecto. Las organizaciones partidistas materializarán rigurosa y cabalmente las ideas y los legados de los grandes líderes sobre la construcción del partido considerándolos como medios de subsistencia, así como profundizarán ininterrumpidamente la labor para perpetuar sus méritos de la dirección.
Es importante establecer más firmemente en todo el Partido el sistema de dirección unitaria.
Hay que convertirlo en un organismo de firme idea y convicción en el que rige el gran kimilsungismo-kimjongilismo. Firmemente convencidos de que no reconocen más que el pensamiento revolucionario de nuestro Partido, todos los funcionarios y militantes del Partido lucharán de manera intransigente contra las extrañas corrientes ideológicas de toda ralea para asegurar la pureza de la idea del Partido.
Es imperioso fortalecer por todos los medios la unidad y solidaridad del Partido e implantar una férrea disciplina para que todos sus integrantes actúen como un solo hombre bajo la única dirección de su Comité Central.
El gran sentido de la organización, la disciplina y la unidad le dan vida al partido revolucionario y son la fuente de su indestructibilidad. Urge implantar una férrea disciplina revolucionaria que posibilita unir ideas y voluntades de toda la militancia en torno a su CC, informar a este y tratar según su conclusión todos los asuntos que se presentan en las labores y actividades partidistas y exigir a las organizaciones y sus miembros una férrea disciplina que les permita trabajar y vivir según las normas establecidas.
Debemos perpetuar la tradición de salvaguardar y llevar a la práctica a toda costa la idea y la política del Partido. Todas las organizaciones partidistas considerarán como tarea principal la línea y la política del Partido y las materializarán de forma consecuente y cabal.
Hace falta afianzar la unidad monolítica entre el Partido y las masas populares.
Esta es el manantial de la solidez y vitalidad de nuestro Partido y el arma más poderosa para la defensa de la patria y la revolución.
Todo el Partido debe sostener en alto la consigna ¡Todo para el pueblo y todo apoyándose en las masas populares! Todos los funcionarios deben hacer suya la concepción que Kim Il Sung y Kim Jong Il tenían del pueblo, considerarlo como el cielo, compenetrarse siempre en las masas, compartir con ellas las alegrías y las penas y convertirse en sus servidores fieles que trabajan y trabajan por el bien del pueblo.
En todo el Partido desplegarán una intensa lucha contra el abuso del poder, el burocratismo y los demás actos ilícitos y corruptos y de esta manera preservarán las cualidades intrínsecas del partido revolucionario del Juche, el partido madre, y defenderán a ultranza las exigencias y los intereses de las masas populares.
Es necesario culminar bajo la dirección del Partido la causa revolucionaria de Juche, la causa socialista, iniciada en el monte Paektu.
Es preciso mantener firme y materializar cabalmente la línea principal de la construcción socialista.
Lanzada por el compañero Kim Il Sung, dicha línea consiste en fortalecer el Poder Popular, elevar sin cesar su función y papel y cumplir cabalmente las tres revoluciones: la ideológica, la técnica y la cultural. Asimismo constituye una estrategia a la que se debe atener siempre en la construcción socialista.
Hace falta reforzar nuestro régimen socialista y nuestro Poder Popular y lograr que este último cumpla con su responsabilidad y papel como representante de los derechos de las masas populares a la independencia, impulsor de su creatividad, encargado de su vida, promotor de sus actividades independientes y creadoras. Hace falta mejorar el sistema y los métodos de trabajo del Poder Popular de acuerdo a la realidad en desarrollo, agilizar la dirección unificada del Estado sobre la sociedad y su función como organizador de la economía, y de esta manera impulsar enérgicamente la construcción de un Estado poderoso y próspero.
Las tres revoluciones son la fórmula más idónea para viabilizar en una sociedad socialista la aspiración del pueblo a la independencia.
Es menester anteponer la revolución ideológica para luego empujar dinámicamente la técnica y cultural a fin de transformar exitosamente el hombre y la naturaleza, así como perfeccionar las relaciones sociales conforme a la demanda de un Estado socialista poderoso y rico.
Es imprescindible acelerar más la edificación de este Estado, ateniéndose al lineamiento del Partido de dar prioridad a la ideología, los asuntos militares y la ciencia.
Nos corresponde prestar primordial atención a la tarea de consolidar la base política e ideológica, baluarte más importante de nuestra revolución.
Debemos educar a los miembros del Partido y demás trabajadores en los Cinco Puntos para que sean poseedores de firme idea y convicción que arden en cualquier momento y lugar del espíritu revolucionario del Paektu, espíritu del viento cortante del Paektu, y defienden a ultranza nuestra unidad monolítica, así como sean vanguardias de la lucha de clases que, con una inequívoca conciencia clasista y antiimperialista, consolidan nuestra posición de clases, la posición del revolucionario. Nos compete observar atentamente cada maniobra del enemigo encaminada a derrumbar nuestro sistema socialista en su interior y redoblar la vigilancia al respecto, así como no permitir jamás que germine la mala hierba del capitalismo en el jardín socialista. En toda la sociedad arrancarán de cuajo la atrasada y anticuada moral y modus vivendi, para fomentar más los bellos rasgos de la gran familia socialista donde sus miembros llevan una vida sana y armoniosa, ayudándose y guiándose mutuamente.
El futuro de la Patria y de la revolución depende de la formación de la nueva generación. Ateniéndose a la idea y la línea del Partido de aprecio a la juventud, sus organizaciones a todos los niveles deben poner gran empeño en la labor con los jóvenes para agruparlos firmemente en torno al Partido y preparar a todos ellos como vanguardias de la revolución y héroes del Songun que corren la misma suerte que el Partido como herederos legítimos de su ideología y fe.
La capacidad de defensa nacional significa la dignidad y la soberanía de la Corea del Songun y le da garantía a su victoria. Nos compete elevarla más al materializar rigurosamente las líneas presentadas por nuestro Partido referente a la autodefensa y el Desarrollo Simultáneo.
Es preciso establecer estrictamente en el Ejército Popular el sistema de dirección del Comandante Supremo y el ambiente revolucionario, implantar una férrea disciplina e intensificar los ejercicios políticos y de combate, con vistas a preparar a todos los militares como combatientes capaces de vencer uno a cien enemigos y a todas las tropas como fuerzas élite. Al Ejército le toca abrir brechas siempre en la primera línea de la revolución y demostrar el espíritu combativo de alcanzar las metas “de un aliento” y el poderío de la gran unidad militar-civil en todos los dominios de la construcción de un Estado poderoso y próspero.
Es indispensable fabricar a nuestra manera potentes armas y equipos de la más avanzada tecnología, consolidar constantemente las fuerzas disuasivas nucleares para la autodefensa y ultimar los preparativos para la resistencia de todo el pueblo.
Construir cuanto antes una potencia económica y un Estado civilizado con la ayuda de los últimos logros científicos y técnicos es la determinación y voluntad de nuestro Partido. Al priorizar el desarrollo de las ciencias y la tecnología y concentrarnos en la construcción de la potencia económica socialista y del Estado civilizado, debemos dotar al país de todos los requisitos necesarios para convertirse en un Estado socialista poderoso y próspero.
Nos atendremos estrictamente a la línea y la política económicas presentadas por el Partido, concentrarnos en potenciar el sector priorizado de la economía nacional y al mismo tiempo esforzarnos con denuedo para alcanzar las metas de distintas fases de la construcción de la potencia económica.
Es preciso prestar primordial atención al mejoramiento de la vida de la población conforme al proyecto y propósito del Partido, para que el pueblo disfrute a plenitud de los beneficios del socialismo y goce de una vida feliz y envidiable.
La educación, la salud pública, el deporte, la literatura, el arte y demás sectores culturales alcanzarán el nivel que requiere un Estado civilizado socialista y así abriremos una nueva era de civilización del siglo XXI.
Debemos lograr sin falta la histórica causa de la reunificación de la patria, supremo anhelo de la nación.
Tal es la suprema tarea de nuestro Partido, el encargado del destino de la patria y la nación. No podemos permitir que dure por más tiempo la trágica división nacional, herencia de la centuria pasada. De conformidad con lo acordado por el Norte y el Sur de Corea en los tres principios de la reunificación de la patria, la histórica Declaración Conjunta del 15 de Junio y la Declaración del 4 de Octubre, debemos rechazar a las fuerzas extranjeras y reunificar la patria de manera independiente, bajo el postulado de Entre nosotros, los connacionales. Con miras a cumplir el deseo de toda la vida y el legado de los grandes líderes, nos corresponde lograr la histórica causa de la reintegración y levantar en este territorio un Estado unificado, poderoso y próspero.
Es necesario poner en práctica la política exterior con carácter independiente de nuestro Partido, contribuyendo así a la causa de la verificación de la independencia en el orbe.
Nos compete ampliar las relaciones con los países que nos tratan como amigos y promover la amistad y cooperación con los pueblos progresistas bajo el ideal de la independencia, la paz y la amistad, así como luchar activamente por lograr la paz, seguridad e independencia del mundo frustrando categóricamente las maniobras de agresión e intervención de las fuerzas imperialistas y hegemónicas que se aferran a la coacción y arbitrariedad.
Hoy en día asumimos la importante y sagrada tarea de anticipar la victoria final de la causa revolucionaria del Juche superando valerosamente las dificultades y pruebas que impiden nuestro avance.
Todo el ejército y el pueblo, unidos con una sola voluntad en torno al Partido, acelerarán la marcha general hacia el triunfo decisivo de la revolución.
El PTC seguirá demostrando ante el mundo su dignidad y poderío como organización de Kim Il Sung yKim Jong Il y registrará solamente victorias en sus anales.
La sagrada causa del gran Partido de Kim Il Sung yKim Jong Il saldrá siempre victoriosa.”