La propuesta de Carl Bildt para reformar el servicio de inteligencia sueco es ineficaz, costosa y peligrosa para la seguridad nacional. Johan Wiktorin, miembro de la Real Academia Sueca de Ciencias de la Guerra, escribe en SvD Debatt.
El informe aboga por el mayor cambio estructural desde el final de la Segunda Guerra Mundial e incluye el traslado de oficinas y departamentos de Must (el servicio de inteligencia y seguridad militar) para formar la columna vertebral de una nueva agencia nacional de inteligencia civil.
Una reestructuración, entre otras cosas, empeoraría la percepción de la situación por parte de las Fuerzas Armadas. La investigación, además, tiene un calendario poco realista, lo cual resulta peligroso en momentos en que se están llevando a cabo preparativos de guerra y ataques contra Suecia y sus aliados. «No debería llevarse a cabo una reestructuración drástica de la investigación», escribe Wiktorin.