Está claro que los vecinos inmediatos a las obras que se realizan en los barrios populares de Canelones sufren múltiples molestias en el transcurso de los trabajos y que deben apelar a una enorme buena voluntad hasta el final de los mismos.
También es cierto que se puede argüir que no es bueno siempre criticar y nada más, pero queremos agregar otro punto de vista.
Si se piensa que un bacheo y un bituminoso superficial son suficientes, nos quedamos cortos.
Porque nos olvidamos de las zanjas, parte fundamental del paisaje, conductos de elementos negativos para la salud pública. Nadie debería desconocer lo que son los robadores, que convierten a las zanjas en portadoras de fluidos más que sospechosos. La solución ideal es la construcción de los llamados cordón cuneta. No solo se soluciona el tema del agua sino que cambia el paisaje al punto de convertirse en urbano.
Los vecinos y vecinas se lo merecen largamente.
