11 de setiembre de 2007
Robert Fisk es corresponsal en Medio Oriente del periódico The Independent.
Es un hombre que sabe mucho de la política del imperialismo en Medio Oriente, por eso muchas veces acudimos a la ayuda de sus informes y análisis en esa zona del mundo.
Hoy 11 de setiembre también hemos procedido a hacerlo, recurrir a él para explicar al imperialismo actual y a Salvador Allende para entender a nuestra América Latina y en especial al gobierno de Tabaré Vázquez.
El 11 de setiembre que “por arte de magia” más interesa al publico cautivo de los grandes medios de comunicación es el de las torres gemelas y sobre ello dice Roberto Fisk lo siguiente:
Cada vez que doy por ahí una conferencia sobre el Oriente Medio, siempre hay uno en el auditorio, uno, precisamente, a quien llamo el “delirante”. Me disculpo por adelantado con todos y todas las que acuden a mis charlas con preguntas agudas y pertinentes, preguntas a menudo humildes hacia mi, que no soy sino periodista, reveladoras en cualquier caso de que comprenden la tragedia del Oriente Medio harto mejor que los periodistas que informan sobre ella. Pero el “delirante” existe. Cobró forma corpórea en Estocolmo y en Oxford, en Sao Paulo y en Yerevan, en El Cairo, en Los Ángeles y, con rostro femenino, en Barcelona. No importa el país, siempre ha de haber un “delirante”.
Su pregunta es sobre poco más o menos ésta: ¿por qué, siendo usted un periodista libre, no cuenta todo lo que sabe del 11 de septiembre?
¿Por qué no dice la verdad, a saber: que la Administración Bush o la CIA, o el Mossad, o quien sea, hizo volar las torres gemelas? ¿Por qué no revela usted los secretos que se esconden tras el 11/9?
Se da por supuesto, en cualquier caso, que Fisk sabe; que Fisk tiene una concretísima caja blindada rebosante de hechos concluyentemente probatorios de lo que “todo el mundo sabe”, así suelen expresarlo: la identidad de quien destruyó las torres gemelas. A veces, el “delirante” está manifiestamente poseído por la angustia. Un hombre, en Cork Irlanda, me espetó la pregunta, y luego, cuando sugerí que su versión del complot era un tanto rarita, abandonó la sala protestando a los gritos de haber sido insultado y dando coces a las sillas.
Normalmente, he tratado de contar la “verdad”; que aunque había cuestiones sin respuesta en relación con el 11/9, yo soy el corresponsal del Independent en Oriente Medio, no corresponsal de conspiraciones; que ya tengo bastantes complots reales de que ocuparme en Líbano, Irak, Siria, Irán, el Golfo, etc., como para preocuparme de conspiraciones imaginarias en Manhatan.
Mi último argumento concluyente, en mi opinión, es que la Administración Bush ha metido la pata en todo lo que ha intentado, militar, política y diplomáticamente, en Oriente Medio: ¿cómo caramba podría haber entonces perpetrado con tal éxito los crímenes contra la humanidad cometidos en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001?
Bien; sigo en ésas. Cualquier aparato militar capaz de decir, como los americanos hace dos días, que Al-Qaeda está en fuga, no es capaz de poner por obra algo de las dimensiones del 11/9. “Desbaratamos Al-Qaeda, provocando su huída”, dijo el coronel David Sutherland hablando de la ridículamente llamada “Operación Martillo Relampagueante” desarrollada en la provincia iraquí de Diyala.
“Su temor al cara a cara con nuestras fuerzas prueba que los terroristas saben que no hay puerto seguro para ellos”.
Y más por el estilo, todo igualmente falso.
En unas pocas horas, Al-Qaeda atacó Baquba en orden de batallón y dio muerte a todos los jeques locales que cayeron en sus manos con los americanos. Me recuerda Vietnam, la guerra que George Bush contempló desde los cielos de Texas, lo que puede explicar por qué mezcló esta semana el final de la guerra de Vietnam con el genocidio en un país diferente llamado Camboya, cuya población fue finalmente rescatada por los mismos vietnamitas a lo que los colegas de Bush más valientes que él habían combatido sin cuartel.
Pero… A eso voy. Yo me siento cada vez más desconcertado con las contradicciones de la explicación oficial del 11/9. No se trata sólo de los más obvios non sequitur, falacia de inferencia deductiva; N.T.: ¿dónde están las partes de las aeronaves motores, etc. del ataque al Pentágono? ¿Por qué los funcionarios involucrados en el vuelo United 93, que se estrelló en Pensilvania han sido amordazados? ¿Por qué los restos del vuelo 93 se esparcieron por un radio de kilómetros, cuando se supone que se estrelló entero en un campo? Quede claro: no hablo de la loca “investigación” de David Icke, Alicia en el país de las maravillas y el desastre del World Trade Center, a cuya lectura cualquier hombre sano debería preferir la de la guía telefónica.
Hablo de asuntos científicos. Es verdad, por ejemplo, que el queroseno arde a 820 grados centígrados en condiciones óptimas: ¿cómo entonces pudieron venirse simultáneamente abajo las vigas de las dos torres gemelas, hechas de un acero cuyo punto de fusión se supone que ronda los 1.480 grados centígrados?
Recuérdese que colapsaron en 8,1 y 10 segundos, respectivamente. ¿Qué pasó con la tercera torre, el llamado World Trade Center Building 7 o Salmon Brothers Building, que colapsó por sí propia en 6,6 segundos a las 17h20’ del 11 de septiembre? ¿Por qué se desplomó tan limpiamente, sin que ninguna aeronave hubiera impactado en ella? Se encargó al American National Institute of Standards and Technology analizar las causas de la destrucción de los tres edificios. Todavía no ha emitido el informe sobre el WRC 7. Dos prominentes profesores norteamericanos de ingeniería mecánica no desde luego de la caída del “delirante” están ahora inmersos en una impugnación jurídica de los términos de referencia de este informe final, alegando como fundamento el que pudiera ser “fraudulento o engañoso”.
Periodísticamente, hubo muchas cosas raras en torno al 11/9. Las informaciones iniciales que hablaban del ruido de “explosiones” en las torres que bien podría proceder del desplome de las vigas, son fáciles de descartar. Menos lo es la información, según la cual el cuerpo de una mujer miembro de la tripulación fuera hallado en una calle de Manhatan con las manos atadas. Vale; digamos que se trata sólo de informaciones de oídas del primer momento, del mismo modo que fue un error inicial de los servicios de inteligencia la lista, proporcionada por la CIA, de árabes suicidas, en la que se incluían tres hombres que estaban y siguen estando, vivitos y coleando en Oriente Medio.
¿Pero qué decir de la enigmática carta escrita por Mohamed Atta, el asesino suicida egipcio de rostro terrorífico, cuyo consejo “islámico” a sus siniestros camaradas, dado a conocer por la CIA sumió en la perplejidad a todos mis amigos musulmanes de Oriente Medio? Atta mencionaba a su familia, cosa que ningún musulmán, ni el peor instruido, haría en una oración de este tipo. Recuerda a sus camaradas de asesinato el deber de recitar la primera oración musulmana del día y luego cita partes de la misma. Pero ningún musulmán necesita tal recordatorio, por no decir nada de la necesidad de incluir el texto de la oración Fajr en la carta de Atta.
Repito. No soy ningún partidario de teorías conspirativas. No me vengan con delirantes. No me vengan con complots.
Pero a mí, como a cualquier hijo de vecino, me gustaría saber la verdad entera de lo que ocurrió el 11/9, entre otras, por la nada despreciable razón de que fue el disparador de la “guerra al terror”, una política de todo punto lunática y falsaria que nos ha llevado al desastre en Irak y Afganistán y en buena parte de Oriente Medio. El asesor felizmente ido de Bush, Karl Rowe, dijo una vez: “ahora somos un imperio; creamos nuestra propia realidad”. ¿Es verdad? Háganoslo saber, al menos. Impediría que la gente diera coces a las sillas.”
En cuanto a otro 11 de setiembre mucho más asesino e imperdonable perpetrado por el imperialismo norteamericano y los fascistas chilenos hemos seleccionados estas escrituras de grandes hombres latinoamericanos.
Ya gravemente enfermo en su casa de Isla Negra, el poeta chileno Pablo Neruda se entera de la muerte de su amigo Salvador Allende.
A pocos días de su muerte con el dolor de ver su patria mancillada por los militares fascistas escribe un texto sobre el Presidente Allende.
En este nuevo Aniversario de su muerte consideramos de interés publicar aquellas consideraciones del gran poeta chileno.
Escribía Pablo Neruda sobre la muerte de Allende lo siguiente:
“Mi pueblo ha sido el más traicionado de este tiempo.
De los desiertos del salitre, de las minas submarinas del carbón, de las alturas terribles donde yace el cobre y lo extraen con trabajos inhumanos las manos de mi pueblo, surgió el movimiento liberador de magnitud grandiosa.
Ese movimiento llevó a la presidencia de Chile a un hombre llamado Salvador Allende para que realizara reformas y medidas de justicia inaplazables, para que rescatara nuestras riquezas nacionales de las garras extranjeras”.
“Donde estuvo, en los países más lejanos, los pueblos admiraron al presidente Allende y elogiaron el extraordinario pluralismo de nuestro gobierno.
Jamás en la historia de la sede de Naciones Unidas en Nueva York se escuchó una ovación como la que brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo.
Aquí en Chile se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberanía, de nuestro orgullo nacional, del heroísmo de los mejores habitantes de Chile. De nuestro lado, del lado de la revolución chilena, estaban la constitución y la ley, la democracia y la esperanza”.
“Del otro lado no faltaba nada. Tenían arlequines y polichilenas, payasos a granel, terroristas de pistola y cadena, monjes falsos y militares degradados. Unos y otros daban vueltas en el carrousel del despecho. Iban tomados de la mano el fascista Jarpa con sus sobrinos de “Patria y Libertad”, dispuestos a romperle la cabeza y el alma a cuanto existe, con tal de recuperar la gran hacienda que ellos llamaban Chile.
Junto con ellos para amenizar la farándula, danzaba un gran banquero y bailarín algo manchado de sangre; era campeón de rumba González Videla que rumbeando entregó hace tiempo su partido a los enemigos del pueblo.
Ahora Frei quien ofrecía su partido demócrata cristiano a los mismos enemigos del pueblo y bailaban al son que éstos le tocaran, y bailan además con el ex coronel Viaux, de cuyas fechorías fue cómplice.
Estos son los principales artistas de la comedia. Tenían preparados los víveres del acaparamiento, los “miguelitos”, los garrotes y las mismas balas que ayer hirieron de muerte a nuestro pueblo en Iquique, en Ranquin, en Salvador, en Puerto Montt, en José María Caro, en Frutillar, en Puerto Alto, y en tantos otros lugares.
Los asesinos de Hernán Mery bailaban con los que deberían defender su memoria. Bailaban con naturalidad, santurronamente. Se sentían ofendidos de que les reprocharan esos pequeños detalles.
Se sentían ofendidos de que les reprocharan esos “pequeños detalles”.
“Chile tiene una larga historia civil con pocas revoluciones y muchos gobiernos estables, conservadores y mediocres. Muchos presidentes chicos y sólo dos presidentes grandes; Balmaceda y Allende.
Es curioso que los dos provinieran del mismo medio, de la burguesía adinerada que aquí se hace llamar aristocracia. Como hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la mediocre oligarquía, los dos fueron conducidos a la muerte de la misma manera.
Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras”.
“Allende fue asesinado por haber nacionalizado la otra riqueza del subsuelo chileno, el cobre. En ambos casos la oligarquía chilena organizó revoluciones sangrientas. En ambos casos los militares hicieron de jauría. Las compañías inglesas en la ocasión de Allende, fomentaron y sufragaron estos movimientos militares.
En ambos casos las casas de los presidentes fueron desvalijadas por órdenes de nuestros distinguidos “aristócratas”. Los salones de Balmaceda fueron destruidos a hachazos. La casa de Allende, gracias al progreso del mundo, fue bombardeada desde el aire por nuestros heroicos aviadores”.
“Sin embargo, estos dos hombres fueron muy diferentes Balmaceda fue un orador cautivante. Tenía una complexión imperiosa que lo acercaba más y más al mando unipersonal. Estaba seguro de la elevación de sus propósitos. En todo instante se vio rodeado de enemigos. Su superioridad sobre el medio en que vivía era tan grande y tan grande su soledad, que concluyó por reconcentrarse en si mismo. El pueblo que debía ayudarle no existía como fuerza, es decir, no estaba organizado.
Aquel presidente estaba condenado a conducirse como un iluminado, como un soñador.
Su sueño de grandeza se quedó en sueño. Después de su asesinato, los rapaces mercaderes extranjeros y los parlamentarios criollos entraron en posesión del salitre; para los extranjeros la propiedad y las concepciones para los criollos las coimas.
Recibidos los treinta dineros, todo volvió a su normalidad. La sangre de unos cuantos miles de hombres del pueblo se secó pronto en los campos de batalla. Los obreros más explotados del mundo, los de las regiones del norte de Chile, no cesaron de producir inmensas cantidades de libras esterlinas para la City de Londres.”
“Allende fue un gran orador. Y como estadista era un gobernante que consultaba todas sus medidas. Fue el antidictador, el demócrata principista hasta en los menores detalles. Le tocó un país que ya no era el pueblo bisoño de Balmaceda; encontró una clase obrera poderosa que sabía de qué se trataba.
Allende era un dirigente colectivo; un hombre que, sin salir de las clases populares, era un producto de la lucha de esas clases contra el estancamiento y la corrupción de sus explotadores. Por tales causas y razones, la obra que realizó Allende en tan corto tiempo es superior a la de Balmaceda; más aún, es la más importante en la historia de Chile. Sólo la nacionalización del cobre fue una empresa titánica.
Y la destrucción de los monopolios, y la profunda reforma agraria, y muchos objetivos más que se cumplieron bajos su gobierno de esencia colectiva”.
“Las obras y los hechos de Allende, de imborrable valor nacional, enfurecieron a los enemigos de nuestra liberación. El simbolismo trágico de esta crisis se revela en el bombardeo del palacio de gobierno; uno evoca la blitzkrieg de la aviación nazi contra indefensas ciudades extranjeras españolas, inglesas, rusas, ahora sucedía el mismo crimen en Chile; pilotos chilenos atacaban en picada el palacio que durante dos siglos fue el centro de la vida civil del país”.
“Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte a mi gran compañero el Presidente Allende.
Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver.
La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras visibles de suicidio.
La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente.
A renglón seguido del bombardeo aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre; el presidente de la república de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su gran corazón, envuelto en humo y llamas.”
“Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque jamás renunciaría a su cargo. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en si misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las ametralladoras de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile”.
“Otro de sus grandes amigos fue su secretario privado durante casi 25 años Osvaldo Puccio quien editó un libro “Un cuarto de siglo con Allende” con algunas anécdotas y pasajes más desconocidos que rodearon la vida del Presidente chileno”.
Cuenta Osvaldo Puccio en su libro la siguiente anécdota:
“Un hecho pintoresco en la campaña del año 64 fue la aparición de Spiro California, el rey de los gitanos.
Quería conversar con el senador Allende. Me costó bastante convencerlo de que me dijera a mí primero de qué se trataba. Finalmente me explicó que venía a ofrecer una buena propaganda y que quería llegar a un acuerdo sobre esto:
“Somos más de 10 mil gitanos en Chile; de ellos, unas cinco mil mujeres. La profesión de nuestras mujeres es andar por las calles viéndole la suerte a la gente. Por eso les dan dinero. Ahora yo les propongo a ustedes el siguiente negocio, nosotros necesitamos el cobre.
Los hombres confeccionan pailas, ollas de cobre. Una vez que Allende sea Presidente ustedes me consiguen el cobre y yo me comprometo a que todas las mujeres que ven la suerte le digan a la gente yo veo un futuro muy bueno para ti. Va a haber un cambio de gobierno y eso te va a traer gran bienestar. Te va a ayudar a convertirte en hombre rico. E insinuarán que eso será con la presidencia de Allende”.
“Yo le contesté que me parecía una buena proposición.
“Por escrito no se la doy, le expliqué. O usted cree en mi palabra, o yo tampoco voy a creer en la suya. Porque yo no puedo andar controlando a todas las gitanas del país”.
“El protestó diciendo que era muy fácil controlarlas. Con tres o cuatro compañeros nuestros que se hicieran ver la suerte por ahí yo podría comprobar si mentía o no. California insistió en un acuerdo por escrito.
Fui a hablar con Allende sobre el asunto. Me autorizó a comunicarle al rey de los gitanos que no necesitaba un papel por escrito. Me advirtió que no le diera ningún convenio, ya que este gitano podría ir a venderlo al día siguiente a Frei o a un diario norteamericano.
Logré convencer a California.
El gitano cumplió con su compromiso. A los pocos días de llegar a La Moneda vi en la lista de audiencias el nombre de Spiro California.
Después de seis años California me había llamado y me había preguntado:
¿Somos?
¡Somos! le respondí.
Así llegó el rey de los gitanos a verme y me expresó:
Vengo con todos los jefes de tribus.
Querían oír de mi voz directamente que yo cumpliría el compromiso. Bajé a hablar con ellos.
Había unos treinta gitanos más callados.
Nosotros venimos -dijo California- a pedirte los recortes de cobre.
A mí me pareció que no era mucho y le di una carta dirigida al Ministerio de Minería, a Orlando Cantuarias, quien lo encabezaba.
El papel decía: “Por encargo del Presidente, te ruego atender al compañero California”.
Para mí ya había pasado a ser el compañero California. Al día siguiente me llamó Orlandoy me preguntó si estaba loco:
¡Me mandás 30 gitanos para acá, que me cuentan una tremenda historia del año 1964 y que ahora quieren que les demos los recortes de cobre!
¡Eso tiene un valor de 13 a 15 millones de dólares al año!
¡Una de las fuentes de ingreso para nosotros!”
“Del mismo libro surge otro acontecimiento el año que cayó el Che Guevara en 1967.
“El compañero Allende hizo todo lo posible para recuperar el cadáver; lo pidió, lo exigió, incluso a través del Senado y en público.
Hizo declaraciones políticas, movilizó a la opinión pública y también en la prensa”.
“Después de la muerte del Che Guevara, un grupo de cubanos que había luchado en Bolivia habían atravesado la Puna a pie para llegar a Chile.
El compañero Allende mandó a Elmo Catalán a buscarlos.
Elmo pasó muchos días buscándolos en la zona donde tenían que llegar.
Pero por esos azares del destino, fue un periodista de “El Mercurio” el primero en descubrirlos.
Los trajeron con gran escándalo a Santiago. Las posibilidades que tenían para irse a Cuba eran inseguras. Por Europa o por Estados Unidos, no podían viajar. Al viajar a Europa, los aviones hacían escala en Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay o Brasil y por último en España.
Sólo desde ahí había combinaciones a Francia para llegar a un país socialista, desde donde a su vez había combinación a Cuba.
La única posibilidad era llevarlos por el Pacífico hasta Tahití, pasando por la Isla de Pascua, y que a Tahití viniera a buscarlos el embajador cubano en Francia”.
“Allende se embarcó en un avión para acompañar a los compañeros cubanos hasta Tahití, para dejarlos ahí bajo protección del embajador cubano.
Esos cuatro compañeros le deben la vida a Allende.
Hay que recordar el provecho político que le sacó la reacción a este hecho: “Allende acompaña a cuatro guerrilleros”.
Pero Allende se hizo tomar una foto en la isla de Pascua jugando pinpón con sus protegidos.
Y cuando bajó del avión a la vuelta de Tahití llevaba puesta una guayabera, vestimenta nacional cubana; tenía en la mano un bastón tahitiano y en la cabeza un sombrero de pita.
Así se presentó abiertamente a los críticos como símbolo de decir “Fui hasta Tahití yo; el Presidente del senado estuve en Tahití”.
Todo el mundo pensó que la derecha iba a botarlo de su cargo de Presidente del Senado. Pero se dieron cuenta de que hubiera sido imprudente, porque Allende había exhibido todo esto como la cosa más natural del mundo. Su destitución hubiera causado más sensación.
Elmo Catalán siguió trabajando como periodista, como relacionador público de la Confederación del Cobre.
Posteriormente se fue a Cuba. Volvió a Chile y luchó después junto con Inti Peredo. Ahí cayó asesinado”.
“Allende si que era en realidad un socialista auténtico, democrático legalista sincero y convencido de sus ideales.
Planteó desde un principio construir el socialismo en Chile de la manera siguiente y esto forma parte de su programa de gobierno”.
“Chile vive una crisis profunda que se manifiesta en el estancamiento económico y social, en la pobreza generalizada y en las postergaciones de todo orden que sufren los obreros, campesinos y demás capas explotadas así como las crecientes dificultades que enfrentan empleados, profesionales, empresarios pequeños y medianos y en las mismas oportunidades de que disponen la mujer y la juventud”.
“Los problemas de Chile se pueden resolver. Nuestro país cuenta con grandes riquezas como el cobre, y otros minerales, un gran potencial hidroeléctrico, vastas extensiones de bosques, un largo litoral rico en especies marinas, una superficie agrícola más que suficiente, etc; cuenta , además con la voluntad de trabajo y progreso de los chilenos, junto con su capacidad técnica y profesional. ¿Qué es entonces lo que ha fallado?”
“Lo que ha fracasado en Chile es un sistema que no corresponde a las necesidades de nuestro tiempo. Chile es un país capitalista, dependiente del imperialismo, dominado por los sectores de la burguesía estructuralmente ligados al capital extranjero, que no pueden resolver los problemas fundamentales del país, los que se derivan precisamente de sus privilegios de clase a los que jamás renunciarán voluntariamente.
Más aún, como consecuencia misma del desarrollo del capitalismo mundial, la entrega de la burguesía monopolista nacional al imperialismo aumenta progresivamente, se acentúa cada vez más en su dependencia su papel de socio menor del capital extranjero.
Para unos pocos, vender a diario un pedazo de Chile es un gran negocio. Decidir por los demás es lo que hacen todos los día.
Para la gran mayoría en cambio vender a diario su esfuerzo, su inteligencia y su trabajo es un pésimo negocio, y decidir sobre su propio destino es un derecho del cual, en gran medida aún están privados”.
“En Chile las recetas “reformistas” y “desarrollistas” que impulsó la Alianza para el Progreso e hizo suyas el gobierno de Frei no han logrado alterar nada importante.
En lo fundamental ha sido un nuevo gobierno de la burguesía al servicio del capitalismo nacional y extranjero, cuyos débiles intentos de cambio social naufragaron sin pena ni gloria entre el estancamiento económico, la carestía, y la represión violenta contra el pueblo. Con esto se ha demostrado una vez más, que el “reformismo” es incapaz de resolver los problemas del pueblo”.
“La explotación imperialista de las economías atrasadas se efectúa de muchas maneras: a través de las inversiones en la minería, cobre, hierro, etc y en la actividad industrial, bancaria y comercial; mediante el control tecnológico que nos obliga a pagar altísimas sumas en equipo licencias y patentes de los préstamos norteamericanos en condiciones usurarias que nos imponen gastar en Estados Unidos y con la obligación adicional de transportar en barcos norteamericanos los productos comprados, etc.
Para muestra un solo dato: Desde 1952 hasta hoy, los norteamericanos invirtieron en América Latina 7 mil 473 millones de dólares y se llevaron 16 mil millones de dólares. De Chile el imperialismo ha arrancado cuantiosos recursos equivalentes al doble del capital instalado en nuestro país, formado a lo largo de toda su historia”.
“Los monopolios norteamericanos, con la complicidad de los gobiernos burgueses, han logrado apoderarse de casi todo nuestro cobre, hierro, y salitre. Controlan el comercio exterior y dictan la política económica por intermedio del Fondo Monetario Internacional y otros organismos.
Dominan importantes ramas industriales y de servicios: gozan de estatutos de privilegios, mientras imponen la devaluación monetaria, la reducción de salarios y sueldos y distorsionan la actividad agrícola por la vía de los excedentes agropecuarios”.
“Intervienen también en la educación, la cultura y los medios de comunicación. Valiéndose de convenios militares y políticos tratan de penetrar en las Fuerzas Armadas.
Las clases dominantes cómplices de esta situación e incapaces de valerse por ellas mismas, han intensificado en los últimos diez años el endeudamiento de Chile con el extranjero”.
“Dijeron que los préstamos y compromisos con los banqueros internacionales podrían producir un mayor desarrollo económico. Pero lo único que lograron es que hoy día Chile tenga el récord de ser uno de los países más endeudados de la tierra en proporción a sus habitantes.
En Chile se gobierna y se legisla a favor de unos pocos, de los grandes capitalistas y sus secuaces, de las compañías que dominan nuestra economía, de los latifundistas cuyo poder permanece intacto”.
“A los dueños del capital les interesa ganar siempre más dinero y no satisfacer las necesidades del pueblo chileno. Si producir e importar automóviles de alto precio, por ejemplo, es un buen negocio, se desvían hacia ese rubro, valiosos recursos de nuestra economía sin tener en cuenta que sólo un porcentaje ínfimo de chilenos está en condiciones de adquirirlos y que hay necesidades mucho más urgentes que atender, desde luego, por ejemplo en este mismo rubro, la de mejorar la locomoción colectiva, dotar de maquinaria a la agricultura, etc”.
“El grupo de empresarios que controla la economía, la prensa y otros medios de comunicación, el sistema político y que amenaza al estado cuando éste insinúa intervenir o se niega a favorecerlos, les cuesta muy caro a todos los chilenos.
Para que ellos se dignen seguir “trabajando”, pues sólo ellos pueden darse el lujo de poder trabajar o no, es preciso.”
“Darles toda clase de ayuda. Los grandes empresarios estrujan al estado bajo la amenaza de que no habrá inversión privada si las ayudas y garantías que piden no se le otorgan”.
-Permitirles producir lo que ellos quieran con el dinero de todos los chilenos, en lugar de elaborar lo que necesita la gran mayoría del país.
-Dejarlos llevarse las ganancias que obtienen a sus cuentas bancarias en el extranjero.
-Permitirles manipular la distribución de alimentos, acapararlos para provocar escasez y de esta manera subir los precios a fin de continuar enriqueciéndose a costa del pueblo.
Mientras tanto, buena parte de los que efectivamente producen experimentan una difícil situación:
-Medio millón de familias carecen de viviendas y otras tantas o más viven en pésimas condiciones en cuanto a alcantarillado, agua potable, luz, salubridad.
-La necesidad de la población en materia de educación y salud son insuficientemente atendidas.
-Más de la mitad de los trabajadores chilenos reciben remuneraciones insuficientes para cubrir las necesidades vitales mínimas. La desocupación y el trabajo inestable se sufre en cada familia.
Para innumerables jóvenes la posibilidad de empleo se presenta muy difícil e incierta.
El capital imperialista y un grupo de privilegiados que no pasa del 10% de la población, acaparan la mitad de la renta nacional. Esto significa que de cada cien escudos que los chilenos producen, 50 van a parar a los bolsillos de 10 oligarcas y los otros 50 deben repartirse entre 90 chilenos, del pueblo y de la clase media.
“El alza del costo de la vida es un infierno en los hogares del pueblo y en especial para la dueña de casa. En los últimos 10 años según datos oficiales, el costo de la vida ha subido casi un mil por ciento.
Esto significa que todos los días se les roba una parte de su salario o de su sueldo a los chilenos que viven de su trabajo.
Igual como le ocurre a los jubilados y pensionados, al trabajar independiente, al artesano, al pequeño productor, cuyas exiguas rentas son recortadas a diario por la inflación”.
“Alessandri y Frei aseguraron que pondrían término a la inflación. Los resultados están a la vista. Los hechos demuestran que la inflación en Chile obedece a causas de fondo relacionadas con la estructura capitalista de nuestra sociedad y no con las alzas de las remuneraciones como han pretendido hacer creer los sucesivos gobiernos para justificar la mantención del sistema y recortar los ingresos de los trabajadores. El gran capitalista en cambio se defiende de la inflación y más aún se beneficia con ella.
Sus propiedades y capitales se valorizan sus contratos de construcción con el fisco se reajustan y los precios de sus productos suben llevando siempre la delantera a las lazas de remuneraciones.
UN alto número de chilenos está mal alimentado. Según estadísticas oficiales el 50% de los menores de 15 años de edad están desnutridos. La desnutrición afecta su crecimiento y limita su capacidad de aprender, de instruirse”.
“Esto demuestra que la economía en general y el sistema agrícola en particular, son incapaces de alimentar a los chilenos, pese a que Chile podría sustentar ahora mismo una población de 30 millones de personas, el triple de la población actual.
Por el contrario, debemos importar cada año centenares de miles de dólares en alimentos de origen agropecuario”.
“El latifundio es el gran culpable de los problemas alimentarios de todos los chilenos y responsable de la situación de atraso y miseria que caracteriza al campo chileno”.
“La única alternativa verdaderamente popular y por lo tanto, la tarea fundamental que el gobierno del pueblo tiene ante sí, es terminar con el dominio de los imperialistas de los monopolios, de la oligarquía terrateniente e iniciar la construcción del socialismo en Chile”
“PARECIERA QUE SALVADOR ALLENDE ESTUVIERA ENTRE NOSOTROS Y NOS ESTUVIERA HABLANDO A LOS LATINOAMERICANOS”.
¡SOCIALISTA DE VERDAD!
¡SOCIALISTA EN SERIO!
¡PIENSEN EN SUS PALABRAS COMPAÑEROS!
COMPÁRENLAS CON LOS DISCURSOS ACTUALES DE LOS PROGRESISTAS URUGUAYOS O CHILENOS.
Y ENTENDERÁN PORQUE MURIÓ ALLENDE EN LA MONEDA, COMO MURIÓ EL CHE EN LA SELVA.
A LA COMPAÑERA CHILENA QUE HOY CONTÓ EN LA RADIO SU RELATO SOBRE AQUELLOS HECHOS.
Y A TODOS LOS COMPAÑEROS CHILENOS QUE ESTÁN EN ESTA TIERRA QUE TAMBIÉN ES SU PATRIA.
NUESTRO SENTIDO HOMENAJE CON TODO EL CORAZÓN DECIMOS A CONCIENCIA PARA QUE SE ESCUCHE DEL OTRO LADO DE LA CORDILLERA:
¡VIVA CHILE, MIERDA!