Dos mil invitados internacionales han llegado a Venezuela para participar en la toma de posesión del presidente Nicolás Maduro el próximo viernes 10 de enero.
Según medios venezolanos, el grupo de delegados está compuesto por representantes de gobiernos, movimientos sociales y organizaciones culturales que han llegado al país.
Durante la reunión de trabajo efectuada ayer con los vicepresidentes sectoriales, el gabinete ejecutivo, alto mando militar, el Gran Polo Patriótico y cuerpos policiales, Maduro calificó de un momento histórico la posesión del poder que va a celebrar el próximo viernes 10 de enero. “Estamos escribiendo historia hermosa y grande de este siglo XXI”, resaltó.
Asimismo, destacó la importancia de reflexionar sobre los logros obtenidos, particularmente en el ámbito del crecimiento económico y la recuperación social que Venezuela ha experimentado en los últimos años.
Maduro enfatizó que, a pesar de “los planes imperialistas y el brote fascista de odio, intolerancia y violencia”, el país bolivariano ha conseguido avanzar en su crecimiento económico y en la consolidación de su democracia.
Ayer Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Paraguay
La nota de la cancillería bolivariana rechaza de forma categórica las declaraciones del presidente paraguayo, Santiago Peña, quien «reincide en una práctica fracasada que recuerda las fantasías políticas del extinto Grupo de Lima» e ignora el derecho internacional y el principio de no intervención.
Venezuela precisa que las acciones de Peña representa una «reedición de estrategias sin sustento político, jurídico, ni social, que han demostrado su rotundo fracaso».
La nación bolivariana califica de lamentable que gobiernos como el de Paraguay continúen subordinando su política exterior a los intereses de potencias extranjeras y se dedican a promover agendas desestabilizadoras y que socavan los principios democráticos de los pueblos libres.
Venezuela reiteró su compromiso con la defensa de la democracia, la paz y la autodeterminación de los pueblos, principios de la Carta de las Naciones Unidas que considera esenciales.
«Ninguna bufonada instruida desde el fascismo internacional logrará doblegar la voluntad de un pueblo firme en la construcción de su propio destino», concluye el comunicado de la cancillería.
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